viernes, 4 de mayo de 2012

Cuando tu vida depende de la ayuda humanitaria…


Que los ciudadanos españoles son conscientes de que están hundidos y bien hundidos con la crisis, no cabe duda. El paro aumenta a medida que pasan los días –según el INEM, España cuenta con 4.744.235 millones de parados en el mes de abril-, los recortes en sanidad y educación están a la orden del día y  el abaratamiento de los despidos se disfraza de reforma laboral con el fin de crear empleo. Paradojas de la vida, dirán algunos. Pero es cinismo.
¿Y qué pasa con la cooperación al desarrollo en el contexto de crisis ?
Según el informe, La realidad de la ayuda 2011, realizado por Intermón Oxfam a finales de 2011, desde el comienzo de la crisis económica, la ayuda oficial al desarrollo por parte del Estado español ha disminuido en un 40%. La cooperación catalana ha sufrido, a su vez, el mayor recorte presupuestario: un 70%. Estas cifras indican lo lejos que estamos de conseguir el 0,7 % del PIB que los países ricos deberían entregar a los países en vías de desarrollo. Si en 2010, España había conseguido un 0,43%, ahora la ayuda oficial al desarrollo está alrededor del 0,07%.
Ignorar la necesidad de la cooperación al desarrollo alegando que no sirve de nada puede ser peligroso. Es cierto que han salido algunos escándalos, como aquel que salpicó en abril de 2007 a la ONG InterVIda por malversación de fondos. Pero es un error poner a todas las ONG’s en el mismo saco y afirmar que éstas lo único que quieren es lucrarse.
Y digo que es peligroso porque como dice Memona Mohamed, una de las protagonistas del filme Wilaya, dirigido por el español Pedro Pérez Rosado, en una entrevista a El País del pasado 30 de abril, el pueblo saharaui vive exclusivamente de la ayuda humanitaria. Sus palabras son claras: “nosotros, recuerda, vivimos de la ayuda humanitaria”.
No es una cuestión de paternalismo o de superioridad, sino una cuestión de ética y de justicia.  Las ONG están formadas por personas que creen en la justicia y en los derechos humanos y hacen de ello su trabajo, su profesión.
Los saharauis -como muchos otros pueblos o personas- necesitan de la cooperación para poder seguir adelante. Cuando tu vida depende de la ayuda humanitaria, las ONG son indispensables.
La cooperación es imprescindible, pero además de las ayudas de emergencia, es necesario la sensibilización política en el norte y la formación en el sur. No hablamos de transportar nuestro sistema a los demás países del sur, sino enseñarles lo que tienen para que ellos puedan salir de sus propios conflictos.